| No siempre lo correcto es lo mejor. | viernes, noviembre 09, 201210:08 | 3 Sentimientos |
Ella se siente "feliz" de ser el orgullo de sus padres, de saber que todo está en su lugar, mujer educada y fina, que nada le sale mal. Baja al comedor, tan puntual como siempre. Los otros huéspedes ya se encuentran ahí disfrutando su desayuno, todos bien vestidos, mostrando una buena imagen, con cosas importantes por hacer en el día. Ella se sienta, abre su libro recién comprado y aunque en el fondo, no le guste, sabe que se lo recomendaron y, según ella, debe leerlo. Toma un sorbo de café, escucha a las personas a su alrededor hablar y hablar; negocios, tratos importantes, reuniones pendientes y ella solo lee el primer párrafo del libro, una y otra vez, no puede seguir leyendo, no se concentra.Se acerca el mesero, le pregunta si espera a alguien y ella contesta que no, como siempre. En el fondo, ella espera que sí.
Termina su desayuno, sube a su cuarto y se mira al espejo: Mujer de 25 años, cabello negro y ondulado; suave y cuidado, ojos oscuros que van con su tono de piel, luce zapatos de taco que la hacen lucir aún más alta, delgada, ropa formal; saco gris y pantalon gris. Ninguna sonrisa en su rostro, no siente nada, se encuentra completamente seria, sin nadie que la espere al regresar de su trabajo en un puesto de alto rango. Mira el reloj y se le ha hecho "tarde", según ella. Recoge sus cosas, las llaves del carro se le han caído. Al recogerlas, logra ver una caja empolvada, sucia y rota. La abre y se encuentra con viejos recuerdos, fotos de su mejor etapa: Su adolescencia. Cierra eso y con nostalgia logra levantarse, se mira al espejo y se pregunta qué ha sido de ella. Se arregla por última vez, no quiere que nada salga mal, no quiere equivocarse y se dirige hacia su rutina con una "sonrisa" fingida.
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